
Lo más probable es que ya estés usando una de las versiones anteriores de Office, como la 2010, 2007 o 2003. La pregunta que quizá te estés haciendo ahora es: ¿vale la pena que actualices a Office 2013?
Consulta nuestra tabla comparativa y lee nuestras recomendaciones para saber si te conviene pasar al nuevo Office o esperar un poco. Dependiendo de cuál sea tu versión de Windows y lo que necesitas hacer, el panorama puede cambiar mucho...
Tabla comparativa: diez años y cuatro versiones
Para ayudarte a poner las cosas en perspectiva, hemos resumido en una tabla las principales mejoras y novedades de Office desde la versión 2003 hasta la 2013, pasando por la 2007 y la 2010.

Y si Office 2007 fue el Vista de los Office, podemos decir que Office 2010 ha sido el Windows 7 de la suite ofimática de Microsoft, mejorando enormemente todo lo que se criticó en la versión 2007 (incluida la tan denostada interfaz).
¿El resultado? Al igual que con Windows 8, ha sido positivo y negativo a partes iguales. Actualizar a la versión más reciente depende de cuál sea tu situación actual. Vamos a ver los escenarios más habituales.
¿Cuándo te conviene actualizar? ¡Te lo decimos!
Office 2013 ya está aquí, pero tal vez no sea la versión que necesites, o no todavía. Antes de tomar el paso debes tener en cuenta las especificaciones de tu PC, la versión de Windows instalada y tus necesidades ofimáticas.
Office 2003: para PC viejos y para quienes odien el ribbon

La versión 11 de Office es el representante más evolucionado del Office clásico, con sus barras de botones personalizables y un consumo de recursos mínimo. Funciona muy bien en un viejísimo Pentium II con Windows 2000. Y si necesitases abrir documentos DOCX, XLSX o PPTX, ahí tienes el Paquete de compatibilidad de Microsoft Office.
Office 2007: no hay motivo para seguir usándolo

Pero no hay motivo para seguir usándolo. Las versiones 2010 y 2013 toman todo lo que introdujo la versión 2007 y lo mejoran. La compatibilidad y los requisitos de la versión 2010, además son prácticamente idénticos.
Cuidado, no estamos diciendo que Office 2007 sea una mala versión: tras aplicar el Service Pack 2, la experiencia de uso de Office 2007 mejora mucho (entre otras cosas, el SP2 añade la posibilidad de guardar documentos como PDF).
En resumen: quédate con él solo si te gusta el tema ribbon coloreado o no puedes aplicar el Service Pack 3 de Windows XP. Para todo lo demás, Office 2010 y 2013.
Office 2010: ahora mismo, la mejor elección para casi todos

Disponible tanto para sistemas de 32 bits como para sistemas de 64 bits, Office 2010 es un himno a la eficiencia. Ha eliminado todos los límites en Excel, permite incrustar vídeos en Powerpoint y ha transformado a Outlook para bien.
Tanto si sigues usando Windows XP como si has dado el salto a Windows 7 y quieres quedarte con él, Office 2010 debe ser tu primera elección, especialmente si sigues usando Office 2003 (no actualices primero a 2007 en ese caso).
El único motivo de peso para no actualizar a Office 2010 es el salto a Windows 8. Lo que nos lleva a hablar de la decimoquinta versión de Office, la última...
Office 2013: para quienes deseen estar a la última (y usen Windows 8)

Si la respuesta a las preguntas anteriores es afirmativa, entonces la versión de Office que más te conviene es la 2013. Y es que, mejoras aparte, está pensada para integrarse con la Nube de Microsoft y con Windows 8 a la perfección.
El problema es que, si estás leyendo esto, lo más probable es que no estés usando Windows 8, una versión a la que le está costando mucho despegar. Y olvídate de usar Office 2013 en XP: es misión imposible.
Pero quizás te guste estar a la última también en Windows 7. En ese caso, Office 2013 ofrece ventajas interesantes. Además de la edición de PDF, tienes el Outlook más parecido a Gmail de todos los tiempos y un montón de mejoras inteligentes.
Fuente: Softonic
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